Aunque la sociedad y los medios nos venden la Navidad como una época de felicidad, paz y amor, la realidad a veces es otra bien distinta. Los compromisos sociales y los reencuentros familiares pueden convertirse en verdaderos momentos de estrés, tristeza o ansiedad. Personas que por ejemplo estén en una situación de soledad no deseada, personas que estén viviendo el duelo por un ser querido, o que provengan de familias desestructuradas, etc. Mención a parte merecen las personas que estos momentos estén pasando por un trastorno de salud mental, en especial trastornos tipo TLP, TCA, fobia social, TOC, ansiedad generalizada y...

Reza el refrán...Si la envidia fuese tiña, cuantos tiñosos habría... Y una vez más la sabiduría popular tiene mucha razón, la envidia es una emoción natural, y aunque históricamente esun sentimiento que hemos intentado ocultar y no reconocer, ya que socialmente no está bien visto ser envidioso, lo cierto es que es una emoción natural, muy habitual y no tan negativa como en un primer momento puede parecernos.