19 Abr Si la envidia fuese tiña…
Reza el refrán…Si la envidia fuese tiña, cuantos tiñosos habría… Y una vez más la sabiduría popular tiene mucha razón, la envidia es una emoción natural, y aunque históricamente esun sentimiento que hemos intentado ocultar y no reconocer, ya que socialmente no está bien visto ser envidioso, lo cierto es que es una emoción natural, muy habitual y no tan negativa como en un primer momento puede parecernos.
Reconocer que tienes envidia es literalmente: reconocer que quieres algo que no tienes, es decir, frente a otra persona te sientes inferior de un modo u otro, bien pueden ser rasgos de su personalidad, su coche, su casa o cómo vive su vida, puedes envidiar a personas que quieres mucho o a personas que te provocan rechazo, esto da igual, el hecho es que se puede sentir envidia de muchas cosas, distintas personas y muy diversas situaciones. Vivimos además en la actualidad inmersos en el mundo de las redes sociales donde las personas compiten por demostrar la idealidad de sus vidas, mostrar sus éxitos y todos sus logros, y esto hace que la envidia esté aún más presente en nuestras vidas.
Podemos distinguir dos tipos de envidia, la envidia mala, que es esa que mira a los demás desde el rencor, la que busca desmerecer al que tiene éxito en aquello que tú anhelas y no consigues, aquella que desde la crítica o la ofensa intenta compensar nuestro sentido de inferioridad, este es el tipo de envidia que hace daño y provoca dolor y malestar tanto al envidioso como, por desgracia, también al envidiado, que no tiene culpa de nuestro fracaso, y este es el tipo de envidia que tenemos que saber reconocer, aceptar y resolver para no tener que seguir padeciendo su malestar.
En su lado opuesto encontramos la envidia sana, que es aquella que nos habla del otro desde la perspectiva de la admiración, esta es una envidia motivante, que nos mueve a intentar ser mejores y a intentar conseguir lo que el otro tiene y nosotros también queremos tener. Es reconocer que nosotros queremos algo que no tenemos, pero que no tenemos AÚN, pero reconociendo que estamos en el camino de conseguirlo, es ver al otro como una persona que ha conseguido YA algo que yo tendré en el futuro, y si no consigo tener eso, siempre me habré estado moviendo en la dirección correcta que me acerca a eso que quiero. En este sentido la envidia nos va a motivar a conseguir nuestros objetivos o como poco acercarnos un poco más a ello.
Desde la psicología existen medios para poder revertir y transformar esta envidia mala en una envidia sana, algunos consejos para poder conseguirlo serían los siguientes:
- En primer lugar es muy importante trabajar la autoestima, para ello vamos a centrarnos en reconocer nuestros propios éxitos, vamos a centrarnos en lo que hemos conseguido hasta ahora y darle el valor que se merece.
- Vamos a cambiar la perspectiva desde la que miramos al otro y vamos a verlo desde la admiración y no desde el odio, vamos a verlo como una persona que antes de llegar a donde está o antes de tener lo que tiene también habrá vivido fracasos, y así nos veremos a nosotros mismos, como una persona que está en camino de sus propios logros y objetivos, enfocados en nuestras propias metas y admirando al que ya lo ha conseguido.
- Para ello será importante aclarar y fijar nuestros objetivos, centrarnos en qué queremos conseguir y cómo conseguirlo, trazar nuestros planes y seguir nuestros caminos centrados en nosotros mismos y no en los demás. Para ello es importante no juzgar, no opinar, ya que realmente no existe lo que es bueno o es malo, las cosas simplemente son como son y están como están, y hay que verlo tal y como es la vida, desde el prisma de la impermanencia, porque al final todo pasa, todo cambia y todo acaba hay que ver las cosas desde la situación actual y centrarnos en lo que nosotros queremos conseguir.
Hay que recordar que lo importante siempre es crecer, aprender y mejorar, intentar ser la mejor versión de nosotros mismos, y ese debe ser siempre nuestro objetivo.
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